Con el fin de crear condiciones de competitividad para la producción campesina frente a la agricultura extensiva, el senador Isidro Pedraza Chávez propuso que la Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, establezca un programa de preservación de semillas y fomento a la producción de maíz nativo.
Además, solicitó a la Comisión Federal para la Prevención contra Riesgos Sanitarios establecer una norma para que las empresas industrializadoras y comercializadoras incluyan en las etiquetas de productos que contienen insumos o derivados de productos transgénicos, la información clara, visible y precisa sobre el tipo y contenido transgénico.
“Lo anterior, a fin de que los consumidores puedan ejercer su derecho a elegir si lo consumen”, apuntó el legislador por Hidalgo.
Mediante un punto de acuerdo, el legislador del PRD informó que existen abundantes estudios que documentan la importancia de México como centro de diversidad genética, de origen de diversas plantas alimenticias y de su domesticación.
“De acuerdo con estudios realizados para la Comisión para la Conservación y Uso de la Biodiversidad (Conabio) por la doctora Carolina Burgeff, se ha documentado la distribución natural de los parientes silvestres de maíz, frijol, algodón, calabazas, chiles, vainilla, cacao, tomates, aguacates, nopales que son cultivados en México. Todo esto constituye lo que denominamos agrobiodiversidad, elemento clave para la seguridad alimentaria”, destacó.
Isidro Pedraza destacó que una de las características de la agricultura familiar y de la producción campesina, que son las que predominan en el campo mexicano, es el ser custodios de la agrobiodiversidad.
Por ello, Isidro Pedraza consideró de una enorme importancia proteger la riqueza bilógica de México, los centros de origen y mantener las actividades de domesticación.
En este sentido, pidió a la Sagarpa promover la creación de grupos de trabajo, compuestos por organizaciones de la sociedad civil, pequeños agricultores e indígenas, que participen en la conservación in situ de recursos fitogenéticos para la agricultura y la alimentación, y que desarrollen sistemas campesinos de producción y transformación de alimentos.
El punto de acuerdo fue turnado a la Tercera Comisión de Trabajo de la Comisión Permanente para su análisis y posterior dictamen.
