Encuentro por la Federación y la unidad nacional / El Universal


Miguel Barbosa

El 30 de septiembre, en el Senado de la República se inauguró el Seminario Encuentro por la Federación y la Unidad Nacional, con la presencia del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el secretario de Gobernación, 24 gobernadores y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, presidentes de los Congresos locales, presidentes de los Tribunales Superiores de Justicia y presidentes municipales. Contra todos los pronósticos, este ejercicio inició y puso en la agenda nacional el tema del federalismo.

El Senado es el garante del Pacto Federal y la Mesa Directiva quiere expresarlo bautizando al espacio abierto más importante de nuestra sede de Reforma 135, como el Patio del Federalismo. Desde Aguascalientes hasta Zacatecas. La Federación estará presente por medio de sus escudos. Esta fue una iniciativa que nació en la anterior Mesa Directiva y que el 30 de septiembre se presentó de manera oficial.

Cuando afirmamos que México es una república representativa, democrática, laica y federal, compuesta de estados libres y soberanos, tal y como puede leerse en nuestra Constitución, nos estamos refiriendo a una realidad y a un reto.

Nuestro federalismo tiene fuertes raíces históricas, jurídicas y sociales. La idea de una república federal obedece a la visión estratégica de los hombres y mujeres que han forjado nuestro país.

Cuando México comenzó su vida independiente, en aquellos convulsos años, cuando a sangre y fuego, se forjó el sentido de nuestra nacionalidad, el territorio mexicano era vasto, más del doble del que actualmente lo integra.

La Constitución de 1824, estableció que la nación mexicana adoptaba para su gobierno la forma de república representativa popular y federal.

Un poco más de una década después, en 1835 los cimientos de la nación se tambalearon. Las visiones conservadoras, como las que lamentablemente aún persisten, asumieron el poder, para establecer un sistema centralista. Desaparecieron los estados y nacieron los departamentos.

Esta visión centralista provocó inestabilidad, por los continuos conflictos entre el centro y las regiones, que habían nacido como estados soberanos.

Siguieron guerras, intervenciones armadas, pérdida de territorio, luchas entre concepciones de nación y, finalmente, una generación de ilustres mexicanos encabezados por Juárez, restauró el sistema federal.

La Constitución de 1857 expresó con claridad el carácter federal de nuestro país, el cual se reafirmó y fortaleció en la Constitución de 1917, que se promulgó cuando nos encontrábamos inmersos en el movimiento militar, social y político más importante del siglo XX: la Revolución Mexicana. No ha sido fácil lograr que nuestro país sea una república federal.

Es el momento de consolidar nuestro federalismo. Las disparidades regionales, los desequilibrios entre Norte y Sur, la intensa concentración en un puñado de metrópolis, como el DF, Monterrey, Guadalajara y recientemente Puebla, Tijuana y Cancún, así como los desequilibrios entre la aportación al Producto Interno Bruto, la recaudación fiscal y la asignación anual de recursos presupuestales, no favorecen a nuestro sistema federal.

Con su presencia, los titulares de los poderes de la Unión, de los gobernadores y poderes estatales, la voluntad de abordar el tema del federalismo, desde una perspectiva amplia y de cara al futuro.

Este seminario constituye una revisión necesaria para poder detonar el desarrollo, asegurar la justicia y el bienestar para la población en todos los rincones del país. La Cámara de Senadores, en un ambiente de pluralidad y respeto, desea contribuir a este esfuerzo por el bien de la sociedad y de la República.

El federalismo debe consolidarse en México para poder alcanzar su desarrollo. El primer paso en este sentido está en poder dialogar y conciliar los intereses nacionales con las visiones y dinámicas locales y regionales.

 

@MBarbosaMX
Presidente de la Mesa Directiva del Senado