Esta Ley deja atrás la visión proteccionista y paternalista y avanza hacia una legislación garantista que asume a las niñas, niños y adolescentes como sujetos plenos de derechos: Encinas Rodríguez


Alejandro Encinas

El senador Alejandro Encinas Rodríguez hizo uso de la palabra para fundamentar el dictamen por el que se expide la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y se reforman diversas disposiciones de la Ley General de Prestación de Servicios para la Atención, Cuidado y Desarrollo Integral Infantil.

 

Señaló que el dictamen es  un  claro ejemplo de la concreción de consensos por parte de las diversas fuerzas políticas representadas en el Congreso, reconoció la apertura de los  integrantes de las comisiones dictaminadoras para la culminación del proyecto y la activa participación de los diferentes actores sociales que enriquecieron la ley en comento. Menciona que la nueva legislación dotará de un nuevo marco legal para la defensa de los derechos de la niñez, el cual busca garantizar el pleno desarrollo de la infancia en México.

 

Manifestó que este Dictamen es parte del principio rector del interés superior de la infancia y de la adolescencia entendido como un  conjunto de acciones y procesos tendientes a garantizar  un desarrollo integral y una vida digna, así como las condiciones materiales y afectivas que les permitan a las niñas, niños y adolescentes vivir a plenitud y alcanzar el mayor nivel de bienestar posible.

 

Externó que dentro de este dictamen sean retomado los principios rectores de la Convención Internacional sobre los Derechos de los Niños entre estos:

 

*  El de la no-discriminación por ninguna razón, ni circunstancia.

* El de igualdad sin distinción de edad, raza, sexo, religión, idioma o lengua, opinión política o de cualquier otra índole, origen étnico, nacional o social, posición económica, discapacidad, circunstancias de nacimiento o cualquier otra condición suya o de sus ascendientes, tutores o representantes legales.

* El de vivir en familia, como espacio primordial de desarrollo.

* El de tener una vida libre de violencia.

* El de corresponsabilidad de los miembros de la familia, Estado y sociedad.

 

El dictamen retoma las reformas constitucionales a los artículos 1º, 4º y 73 de nuestra Constitución realizadas en el 2011, en materia de derechos humanos y de la infancia,  la cual ha sido considerada como una de las reformas constitucionales de mayor importancia en el último siglo pues representa un nuevo paradigma para el respeto, protección, garantía y satisfacción de los derechos humanos”, y que tiene un impacto decisivo sobre los derechos de la infancia  al sustituir la mención que “todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución” por el concepto que “todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales ratificados por México de los cuales tiene el  mismo nivel en la jerarquía normativa que es la Constitución. Externó

 

El legislador por el Estado de México agregó que también se reforma la reforma al artículo 40 constitucional del 30 de noviembre del 2012, que establece el carácter laico del Estado mexicano. Estas reformas en materia de derechos humanos, otorgaron un nuevo significado a los derechos de niñas, niños y adolescentes al sacarlos del ámbito de lo privado y de lo local, para ubicarlos dentro de los temas estratégicos del Estado, estableciendo los estándares mínimos de garantías de derechos que serán en todo el territorio nacional.

 

Manifestó que se trata de una nueva Ley General que deja  atrás la visión proteccionista y paternalista y avanza hacia una legislación garantista que asume a las niñas, niños y adolescentes como sujetos plenos de derechos y no como objetos que hay que proteger lo que implica el cumplimiento de diversas condiciones y varios aspectos que en su conjunto deben integrar un nuevo paradigma de protección integral o paradigma garantista.

 

El senador Encinas Rodríguez dejó en claro que al asumir la promulgación de esta Ley General, no cambiará de la noche a la mañana  el paradigma tutelar existente en México, ni garantizará por sí misma y de manera efectiva los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Por lo que es importante garantizar su implementación, que se establezcan las nuevas disposiciones en las legislaciones locales y que se realice una armonización legislativa que permita hacer operativa la Ley, reformando los códigos civiles, penales, los códigos de procedimientos, las leyes de educación, de salud, trabajo, entre todas aquellas leyes  relacionadas con el contenido de alguno de los derechos de niñas, niños y adolescentes y dotar de los recursos presupuestales necesarios para hacer efectiva la Ley.

 

El senadora Alejandro Encinas señaló que para hacer operativo y exigible el contenido de los derechos, se debe construir una nueva estructura institucional, que supere el enfoque de necesidades y facilite la garantía efectiva de las prerrogativas fundamentales bajo un esquema integral, sustentable, y progresivo.

 

Indicó que la Iniciativa del Poder Ejecutivo Federal, tuvo cambios sustantivos en la definición de la naturaleza y los alcances de la Ley. Desde su nombre, que originalmente se proponía denominar “Ley General de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes”, y del cual ha sido modificado en acuerdo por las Comisiones Unidas por el nombre “Ley General de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes”, a quienes se les reconoce como titulares de derecho de conformidad con los principios de universalidad interdependencia, indivisibilidad y progresividad en los términos que establece el artículo 1°, en la constitución.

 

Detalló que la Ley tiene como objeto garantizar el ejercicio pleno, respecto, protección y promoción de los derechos humanos de niñas, niños y adolescentes conforme a lo establecido en la Constitución, en los tratados internacionales  de los que el Estado mexicano forma parte, bajo un enfoque holístico y en congruencia con el principio de integralidad que concibe a niñas, niños y adolescentes como personas autónomas, titulares de derechos, que deben ser protegidas de manera integral, solidaria y simultanea por la familia, la sociedad y el Estado para garantizar el ejercicio pleno de sus derechos; así como para prevenir que estos sean amenazados o vulnerados.

 

De esta manera quedan establecidos con toda precisión como derechos de las niñas, niños y adolescentes:

 

  1. Derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo;
  2. Derecho de prioridad;
  3. Derecho a la identidad;
  4. Derecho a vivir en familia,
  5. Derecho a la igualdad sustantiva;
  6. Derecho a no ser discriminado;
  7. Derecho a vivir en condiciones de bienestar y a un sano desarrollo integral;
  8. Derecho a una vida libre de violencia y a la integridad personal;
  9. Derecho a la protección de la salud y a la seguridad social;
  10. Derecho a la inclusión de niñas, niños y adolescentes con discapacidad;
  11. Derecho a la educación;
  12. Derecho al descanso y al esparcimiento;
  13. Derecho a la libertad de pensamiento, conciencia, religión y cultura;
  14. Derecho a la libertad de expresión y de acceso a la información:
  15. Derecho de participación;
  16. Derecho de asociación y reunión;
  17. Derecho a la intimidad;
  18. Derecho a la seguridad jurídica y al debido proceso, y
  19. Derechos de niñas, niños o adolescentes migrantes acompañados o no. Nacionales o extranjeros.

 

Por último, el senador Alejandro Encinas resaltó que espera que pronto esta Ley pueda instrumentarse plenamente, ya que las niñas, niños y adolescentes en nuestro país representan el 37% de la población mexicana y quienes son niñas, niños y adolescentes muy distintos a los que surgieron de generaciones anteriores, que viven en un mundo globalizado con mayor desarrollo tecnológico y mayor comunicación, lo que implica también atender los retos que prevalecen por la exclusión de  que son objetos debido a la enorme concentración del ingreso, la pobreza, desigualdad, que existe en el país, porque hoy el 80% de las niñas, niños y adolescentes tienen riesgos para poder desarrollar con plenitud su calidad y condición de vida.