Como Presidente del Senado actuaré con estricto apego a lo que la Ley señala


Miguel Barbosa, Luis Sánchez
  • Desde la izquierda, actuaremos con responsabilidad

Discurso del Senador del PRD, Miguel Barbosa Huerta, posterior a su toma de protesta como Presidente del Senado de la República para el Tercer Año de Ejercicio de la LXII Legislatura.

Miguel Barbosa Huerta (MBH). Senadoras y senadores.

Señoras y señores.

La Sexagésima  Segunda Legislatura del Congreso de la Unión inicia los trabajos de su tercer año de Ejercicio.

Saludo el carácter republicano con el cual se ha incluido a la oposición en una de las responsabilidades del Estado mexicano durante la actual Legislatura.

Han sido dos años de un intenso trabajo que han ratificado a la Cámara de Senadores como uno de los pilares de nuestra estructura institucional.

Mi total reconocimiento a los senadores y amigos, Ernesto Cordero y Raúl Cervantes, y a los integrantes de sus respectivas mesas directivas por la gran labor desempeñada.

El Parlamento es la casa de las leyes. Lograr la buena ley constituye el reto de todo legislador, porque implica la alta responsabilidad de garantizar el bien común entre un mar de intereses, visiones y concepciones, en muchas ocasiones contrapuestas.

Como en ningún otro de los Poderes, el Legislativo condensa las demandas y aspiraciones de lo que llamamos pueblo en su dimensión social, histórica y política.

El Parlamento constituye el lugar privilegiado para el debate y el consenso.

Debate, porque en toda su magnitud y libertad, se expresan los diversos puntos de vista de una sociedad en permanente cambio.

Consenso, porque todas las fuerzas políticas aceptan el gran acuerdo que significa la convivencia democrática, el reconocimiento a las mayorías y el respeto a las minorías.

En cualquier golpe de Estado o establecimiento de un régimen autoritario lo primero que atacan es al Parlamento, porque éste representa el corazón mismo de la democracia.

No fue casual que, en los momentos más oscuros para nuestro país, visiones centralistas desaparecieran al Senado y que sólo una generación de grandes estadistas, como Juárez y Lerdo de Tejada, lo restauraran para el bien de la República.

No fue casual que  Victoriano Huerta atacara con tanta furia al Congreso y que figuras como la de Belisario Domínguez, el héroe civil, emergieran como gigantes.

Desde el inicio de su vida independiente, México se ha fijado la meta de ser una república federal, donde exista una clara división de poderes, tal y como lo expresa nuestra Constitución y nuestras leyes.

En las últimas dos décadas del siglo XX se produjo un  cambio significativo en la organización del Estado mexicano. El sistema se transformó y se avanzó en materia de derechos políticos y civiles, lo que posibilitó el avance de la pluralidad en los espacios del poder público.

Esta característica se expresa en varios ámbitos sociales, como la defensa de los Derechos Humanos, la transparencia, la rendición de cuentas y las reglas que regulan la competencia electoral.

A partir de 1988, el continuo avance de la pluralidad, la rendición de cuentas, la existencia de una sociedad más informada y con mayores niveles de participación, propiciaron que el Presidente de la República dejara de ser el principal legislador, para convertirse en una de las partes de un proceso de generación de acuerdos.

Paulatinamente, en la Cámara de Senadores se han experimentado transformaciones que la han colocado en un lugar protagónico.

No ha sido un proceso sencillo o simple, sino un paulatino avance de construcción  y aplicación de las mejores prácticas del trabajo parlamentario.

En este largo y complicado proceso  destacó el papel de la izquierda en la lucha social y en la transformación política de nuestro país. Me refiero a los ideales, acciones y pensamientos de mujeres y hombres que lucharon por la igualdad, los derechos y las libertades.

La izquierda apostó por la democracia y esto abrió la puerta de los cambios políticos que le han transformado el rostro al país.

Apostar por la democracia, como lo hace la izquierda,  significa lograr que existan elecciones bajo principios que respeten la voluntad popular expresada en las urnas, lo cual constituye el cambio político más trascendente  de nuestro país y de Latinoamérica en el último cuarto de siglo.

Apostar por la democracia significa fortalecer las instituciones del Estado por medio de la crítica  constructiva.

Significa acompañar a la sociedad en sus luchas, demandas y anhelos y exponerlas con total libertad en ambas cámaras del Congreso de la Unión.

Desde nuestra visión, el país necesita un Senado y un Congreso fuertes que permitan hacer efectivo el equilibrio de Poderes en beneficio de la democracia y el desarrollo político de la sociedad.

La Ley Orgánica del Congreso de la Unión establece que el Presidente de la Mesa Directiva expresa la unidad del Senado.

Como Presidente de este órgano de gobierno actuaré con estricto apego a lo que la Ley señala. Desde la izquierda, actuaremos con responsabilidad.

Las relaciones del Senado de la República con los otros poderes de la Unión, con los poderes de los estados y del gobierno del Distrito Federal, con la Cámara de Diputados y las propias de la diplomacia parlamentaria, se realizarán de manera institucional y republicana por parte de esta Presidencia.

Apego irrestricto a la Ley, respeto a la  pluralidad, al debate político y a las posiciones de las mayorías y de las minorías, junto con un inquebrantable compromiso por México y el cumplimiento de los acuerdos, son las bases del comportamiento institucional que los integrantes de la Mesa Directiva tendremos en este año legislativo.

Conozco el significado y los alcances del acuerdo que hizo posible la elección que hoy realizamos.

Agradezco el voto de los integrantes de los grupos parlamentarios, la confianza de los coordinadores. De manera respetuosa saludo al Senador Manuel Bartlett Díaz,  del Partido del Trabajo; al Senador Jorge Emilio González Martínez, del Partido Verde Ecologista; al Senador Jorge Luis Preciado, del Partido Acción Nacional; y de manera muy especial y afectuosa al  Senador Emilio Gamboa Patrón, del Partido Revolucionario Institucional; agradezco el respaldo de mis compañeros, las senadoras y senadores del Partido de la Revolución Democrática, este espacio, a ustedes les digo, es producto del esfuerzo de todas y todos.

Valoro la fuerza política de donde provengo, reconozco  la enorme responsabilidad que significa salvaguardar  la pluralidad del Senado.

Señoras y señores,  es un gran honor presidir esta Mesa Directiva.

Tengan la plena seguridad que dedicaré todos mis esfuerzos y mi tiempo para honrar la palabra y para cumplir con la alta responsabilidad que hoy se me ha encomendado.

Que sea por el bien de la República.

Muchas gracias.