Reivindicación salarial / El Universal


Alejandra Barrales

Con la propuesta de incrementar el salario mínimo y cambiar las reglas para determinar su monto, el PRD nuevamente coloca en la agenda nacional un tema de interés general, cuya atención y aprobación requiere, además de análisis técnicos, sensibilidad y voluntad política.

No es de extrañar que el gobierno federal haya reaccionado de manera negativa a esta propuesta, debido a que la prioridad de la actual administración es atender los intereses de grupo y no los reclamos sociales, o bien, instrumentar medidas que beneficien a la población.

También ha causado desconcierto e, incluso, molestia a quienes durante décadas se han beneficiado con el deficiente esquema salarial que tenemos y, por tanto, es natural que se opongan a su modificación.

La propuesta de incremento salarial planteada por el PRD se ha calificado como medida populista e, incluso, como una ocurrencia.

Ni una ni otra.

A lo largo de su historia el PRD se ha caracterizado por impulsar y aprobar leyes y políticas públicas con una visión progresista y sentido social, para generar beneficios directos y tangibles a la población.

El caso más emblemático es el del Distrito Federal. Durante 17 años esta entidad se ha colocado a la vanguardia en materia de programas sociales, no sólo por el número acciones que se han llevado a cabo, sino por la cantidad de ciudadanos beneficiados.

Acaso el programa social más conocido es el de apoyo económico a adultos mayores, mismo que en su origen fue objeto de críticas y descalificaciones, bajo acusaciones de populismo como sucede con el incremento salarial. Pero con el devenir esos calificativos perdieron fuerza y los programas sociales no solamente fueron aceptados por la colectividad, sino que fueron copiados por otras entidades de gobierno. Incluso, a nivel federal es uno de los programas más exitosos que han aplicado las dos últimas administraciones.

El soporte fundamental de estas medidas no es otro que los resultados entregados a la ciudadanía. De ahí que de manera enfática digamos que adoptar medidas en beneficio de la ciudadanía no es populismo, sino actuar de manera responsable.

Tampoco se trata de una ocurrencia. Contrario a lo que se dice, la propuesta del PRD no plantea un incremento salarial arbitrario o un aumento por decreto. Se propone una revisión integral del esquema salarial, con base en datos históricos, análisis académicos, calificaciones y señalamientos de organismos internacionales, pero sobre todo en una realidad perceptible que no requiere mayor análisis.

Es necesario reivindicar su objetivo y sentido constitucional a fin de que el salario tenga un carácter retributivo y cumpla el criterio de suficiencia para atender las necesidades básicas de una familia.

En el PRD insistiremos en la revisión integral del esquema salarial en México, con una posición unificada. Tanto la medida que impulsa el gobierno del Distrito Federal como la iniciativa de ley que presenté el mes pasado en el Senado de la República son coincidentes en causas y objetivos, por lo que pueden transitar de manera conjunta.

Senadora de la República por el PRD