Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente, oficina a modo de las empresas contratistas y asignatarias


Lorena Cuéllar

Intervención en tribuna de la Senadora Lorena Cuéllar Cisneros, del Grupo Parlamentario del PRD, para hablar en contra del dictamen que expide la Ley de los Órganos Reguladores Coordinados en Materia Energética, reforma diversas disposiciones de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal y expide la Ley de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos.

Lorena Cuéllar Cisneros (LCS). Con su venia señor presidente,

Compañeras y compañeros senadores,

Llegamos a la etapa final de dictaminación esta reforma energética.

Tristemente los resultados no son los que esperábamos. Y no lo son porque está a punto de consumarse una afrenta contra el pueblo de México.

En unos momentos, el PRI y el PAN terminarán de entregar nuestro patrimonio energético a las transnacionales extranjeras.

Se traiciona y engaña a nuestros ciudadanos, porque se limita la propiedad de la nación sobre nuestros hidrocarburos, patrimonio de todos los mexicanos.

Esta reforma es una clara prueba de la traición de Enrique Peña Nieto, que a base de engaños les abre la puerta a las sedientas compañías energéticas transnacionales.

Esta reforma es insensata y desproporcionada, es una privatización enmascarada mediáticamente y ajena al interés del pueblo, que abre el camino para colocar los intereses de particulares al margen de nuestra constitución, atentando contra nuestra soberanía.

Cada voto aprobatorio que se ha dado en estos días de trabajo, es una carta funesta para nuestra patria.

Con singular vileza se está entregando a particulares el control directo y absoluto de bienes y derechos que son de la nación, y se les otorgan beneficios y rendimientos económicos que antes solo pertenecían a los mexicanos.

Y otro claro ejemplo lo tenemos en el dictamen que hoy se discute, mismo que, en sus términos, puede propiciar la destrucción del medio ambiente por parte de la industria energética.

Esto se ve con el atropello que hace al autorizar pozos petroleros y extracción de gas en el santuario de la Mariposa Monarca, en el Parque Nacional de Cabo Pulmo, en la selva Lacandona o cualquiera de las 176 Áreas Naturales Protegidas del país que seguramente serán afectadas a partir de estas reformas.
Un elemento preocupante también, es el Organismo creado por la Iniciativa de Ley de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y de Protección al Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, que debilita la supervisión medioambiental en el sector energético.

Dicho organismo se plantea como una oficina a modo de las empresas Contratistas y Asignatarias, y no sólo hará como que cuida del medio ambiente, sino que será testigo de su destrucción.

En el caso de la energía eléctrica no se está considerando una regulación expresa para dicho sector. Además al darse un carácter preferente a la industria energética sobre cualquier otro uso de la tierra, hay un agravio social y medioambiental que traerá consecuencias catastróficas que sufriremos todos, especialmente las familias en pobreza y vulnerabilidad.

Con las facultades de la citada Agencia, empezarán las evaluaciones ambientales de las explotaciones de hidrocarburos en aguas profundas, así como de proyectos para la explotación de hidrocarburos no convencionales, como el fracking.

Ambos tipos de explotación tienen serios efectos ambientales adversos en la población y los ecosistemas. Definir las condiciones, en que se darán este tipo de explotaciones por la Agencia es crucial.

Además, si la Agencia lo permite será posible la extracción de hidrocarburos en zonas protegidas. Un ejemplo de esto es Cuatro Ciénegas que además de ser el humedal más importante del desierto de Chihuahua y estar considerado como prioritario para el mundo, se encuentra dentro de la franja de reservas probadas y probables de hidrocarburos que las empresas trasnacionales quieren explotar.

Con las amplias facultades de la Agencia, debe ponerse especial atención en los términos en los que llevará a cabo sus evaluaciones, asegurando que se apeguen la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, u otras leyes como la forestal, la de residuos, la de bioseguridad de organismos genéticamente modificados, mismos que no se señalan de forma explícita en el presente dictamen.

Lo anterior, considerando que la Agencia tendrá funciones de procuración de justicia ambiental, que actualmente las lleva a cabo la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.
Les exhorto a que reflexionemos sobre la necesidad de incorporar dentro del cuerpo de este dictamen disposiciones para que dicha agencia cumpla con el respeto a los derechos sociales protegiendo integralmente el medio ambiente.

Es necesario incorporar los principios previstos en la Constitución y en los diversos tratados internacionales que ha suscrito nuestro país. Estos tratados deben ser la base para una política de desarrollo sectorial en materia ambiental, con el fin de evitar violaciones arbitrarias.
Debemos impedir la consumación de estos atropellos y evitar la destrucción de nuestro patrimonio más preciado y codiciado por los extranjeros: El medio ambiente.

A lo largo de este debate, mucho se hablo de referentes e intelectuales para dar sustento a las posturas que aquí se encontraron, y esto me hizo recordar a don Heberto Castillo, quien en algún momento dijo lo siguiente:

“Yo pienso que este sistema necesita una revolución. No creo que sean reformas lo que lo pueda salvar…La forma en la que tiene que darse esa revolución no la conozco. Se a dónde voy, pero no por dónde. Porque el camino para hacer la revolución a veces no lo imponen los revolucionarios sino la clase que está en el poder. Lo único que no debemos modificar son nuestras metas, porque la clase en el poder establece normas que impiden llegar a las metas.

Y por eso votaré en contra de este dictamen, porque no avalaré algo que lastima a nuestro pueblo y despoja a 53.3 millones de mexicanos que viven en pobreza.

Y nuestra meta, como decía Don Heberto Castillo, será la consulta con la ciudadanía, para devolverles lo que con singular alegría hoy les están arrebatando para favorecer a una cúpula de magnates, neoliberales y sinvergüenzas.
Es cuanto señor presidente.