Advierte Iris Vianey Mendoza que Reforma Energética provocará un desastre social


Iris Mendoza
  • Hoy estamos a punto de consumar esta impostura, la mayor de la historia reciente del país

Versión estenográfica de la intervención en tribuna de la senadora Iris Vianey Mendoza, para presentar voto particular respecto del dictamen por el que se expide la Ley de Hidrocarburos y se reforman diversas disposiciones de la Ley de Inversión Extranjera; Ley Minera y Ley de Asociaciones Público Privadas.
Vengo en esta ocasión a expresar un voto particular en contra, no solo del presente dictamen si no de los cuatro dictámenes que discutimos el día de hoy, mañana y unas cuantas horas del sábado.
Estaremos aprobando más que simples dictámenes y reformas que nos han metido en un jaloneo político que hoy nos coloca en el ojo del huracán en los medios nacionales e internacionales.
Estamos hablando de siete leyes nuevas y modificaciones a ocho Leyes Secundarias en materia energética; y eso nos demanda a actuar con muchísima responsabilidad.
Estamos hoy ante reformas legales que serán votadas por consigna, sin debate, obviamente porque no hay argumentos.
La cesión al capital privado de facultades que hasta ahora eran reservadas a la nación en lo que tiene que ver con la exploración, explotación y transformación de petróleo; la conversión de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad, que hasta ahora entidades paraestatales, en empresas productivas del Estado, y la eliminación del carácter estratégico de la refinación y del transporte de petróleo, la generación de electricidad y la producción de gas.
Asimismo, se abre la posibilidad de que las trasnacionales mineras que operan en el país se sumen a la explotación de reservas de crudo y de gas. Ello sin contar con que la exploración y la explotación del gas de lutitas que ha sido prohibida en varias partes del mundo y que ha sido motivo de varios puntos de acuerdo en el Senado de la República y en Cámara de Diputados por los enormes riesgos a la salud pública y al medio ambiente, actualmente podrá ser posible y legitimado a través de estos dictámenes.
Estas adulteraciones legales generarán un desastre económico, político y social: el Estado perderá buena parte de la renta petrolera que ahora recibe y, con ello, se debilitarán y desaparecerán programas de bienestar social que resultan indispensables para garantizar la seguridad mínima de la población de al y muy alta marginación, peligran los presupuestos en salud y en educación.
Ya recientemente los mismos promotores de las bondades de las reformas constitucionales y en particular de estas reformas secundarias han tenido que admitir públicamente que los precios de los energéticos no bajarán, sino que seguirán las reglas de hierro del libre mercado. Rápido y muy rápido cayeron aquellas falacias que decían que con esta reforma al país le iba a ir bien y que con esta reforma tendríamos bajas en el precio de la gasolina, en el precio de la luz, en el precio del gas; hoy se han retractado.
Hoy estamos a punto de consumar esta impostura, la mayor de la historia reciente del país.
Las trasnacionales energéticas sentarán sus reales en vastas regiones del territorio nacional como ya lo hacen e impondrán en ellas su ley, en algunas regiones del país, operan como lo hacían antes de 1938; a su vez ese control, se reducirá en que en los estrechos márgenes de soberanía que hoy nuestro país aún tiene con el gobierno norteamericano, se reducirán de tal forma que nos hemos convertido si efectivamente serviles al gobierno norteamericano.
Los Estados Unidos asumen plena y legalmente el control geopolítico de América del Norte, lo hace con estas reformas, nuestro país se integra de manera subordinada a los intereses económicos, políticos y también militares del gobierno norteamericano… Este control se concretará próximamente y lo veremos en estos dos grandes bloques que a nivel mundial se han formado, bloques de poder, bloques militares y me refiero a la consumación en el Tratado Transpacífica.
Que enorme contraste con el anuncio de la nueva soberanía internacional que hicieran ayer desde Brasil, donde los países emergentes como China, India, Rusia y Brasil ensayan un modelo de integración y de apoyo en materia energética y de cooperación económica radicalmente distinto al parámetro de subordinación y expoliación que hoy, legisladoras y legisladores mexicanas entregan en bandeja de plata al capital extranjero.
De un plumazo las mayorías de los legisladores que olvidan la historia de nuestro país, estamos hoy quienes somos demócratas y lo estaremos haciendo próximamente siendo testigos de que estas mayorías solo con promesas, no con compromisos estarán concretando una reforma sin resultados, que por lo contrario traerá la mayor crisis de la historia de siempre.
Por otra parte, ante la evidente debilidad fiscalizadora del gobierno, la distribución de licitaciones, contratos y concesiones por parte de Pemex y la CFE darán lugar a un nuevo ciclo de corrupción ya procurados, en tanto que los trabajadores del sector se verán sometidos a condiciones de precariedad obviamente a la pérdida de derechos y conquistas adquiridas a lo largo de los años, con esfuerzo, con el sudor de su frente y el sufrimiento de sus familias.
Ello, sin contar con que una vez instaladas en nuestro país, las grandes trasnacionales conformarán un poder fáctico superior a cuantos ha padecido México hasta hoy en día, un pode factico que contará con la capacidad de infiltrar, cooptar, relegar, obsequiar infinidad de beneficios a las instituciones legales.
Más allá de sus contenidos y de sus consecuencias, estas reformas legales son impresentables por antidemocráticas, por el desaseo en las formas en que fueron adoptadas y por su redacción. Tan solo hoy en día estaremos discutiendo cuatro dictámenes distintos, bastante complicado cuando es un debate de sordos en el que solo tenemos la oportunidad de dirigirnos al pueblo de México y es al que vamos a dirigirnos.
Cabe preguntarse, en que efectos, y por qué el oficialismo se ha negado sistemáticamente a someter a una iniciativa de privatización energética a la consulta ciudadana.
Porque se han negado cuando desde la Montaña de Guerrero, en la sierra de Oaxaca o en la Meseta Purépecha de Michoacán, las autoridades ya sean electas por usos y costumbres, los alcaldes convocan a la ciudadanía a que participen, a que haya democracia participativa en la toma de decisiones trascendentales de la vida de los pueblos, como lo establece la Ley Orgánica de ese y otros estados de la república y en casi todos los estados, así lo hacen en los municipios de alta y muy alta marginación y sin embargo acá, acá no ocurre.
La Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, sancionada en Querétaro en 1917, ha sido desmantelada por el Congreso de la Unión. Estamos ante una concesión de hecho del subsuelo del territorio nacional a una potencia mundial vecina.
El desmantelamiento de los artículos 27 y 28 Constitucional, no comenzó ahora, debo decir que esto se equipara a aquel Tratado McLane-Ocampo, y esto sin que en esa ocasión hubiera una situación extrema, ninguna amenaza extranjera, este desmantelamiento ocurrió desde hace varios años y hoy se está ya consumando.
Debo decir que para los legisladores de la izquierda, para los campesinos y lo digo como ejidataria, no solo como michoacana, resulta urgente preguntar en este debate; primero: ¿Cuándo bajará la gasolina?, ¿Cuándo bajará la energía eléctrica?, ¿Cuándo veremos los beneficios en el bolsillo de la gente pobre? y ¿Cuándo veremos los beneficios de estas reformas en las mesas de las y los mexicanos?, ¿Cuándo ocurrirá esto? y quienes defienden las reformas deberían explicarlo.
Los cardenistas, luchadores sociales, líderes sindicales, campesinos y campesinas ejidatarias, fundamos el Partido de la Revolución Democrática para defendernos y para que nuestra voz se escuchara en los Congresos, no para que se nos niegue la oportunidad del debate, y para concluir hoy que redactaba mi intervención recordaba el fragmento de un poema que mi padre escribiera en 1987 y después me hiciera declamar a la edad de seis años en cientos de plazas públicas del país:
——«Porque lucho Lázaro Cárdenas del Río «…. Porque lo que hay en México fuera para los mexicanos, porque se cumpliera aquel dueño letargo de Zapata y de aquel puñado de valientes que nos dieron patria. Mi general hablaba poco pero mucho hacía, fue siempre una hormiguita sin descanso, por todos los rincones se le veía construyendo hospitales, industrias, asilos y escuelas. Traía extranjeros para que nos dieran capacitación; no para que se llevaran nuestra riqueza!…
Y el estar al servicio de la nación fue el principal motivo de su grandeza.
Nos dejó en su obra la semilla de la sangre que corría por sus venas, sangre de ciencia revuelta con arcilla y esperanza viva para nuestras tierras»—-
Es así como 25 años después con fe y esperanza seguimos en la lucha y defendiendo al pueblo.
Nos veremos en la Consulta en el 2015.