PRD defiende el patrimonio nacional y los recursos naturales esenciales para el desarrollo de nuestro país


Miguel Barbosa
  • Los que hoy votaremos en contra estamos agraviados, como lo está la mayoría del pueblo de México.

Intervención en tribuna del Senador Miguel Barbosa Huerta, coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, para presentar su voto particular respecto del dictamen que contiene proyecto de decreto por el que se expide la Ley de Hidrocarburos y se reforman diversas disposiciones de la Ley de Inversión Extranjera; Ley Minera y Ley de Asociaciones Público Privadas.

Miguel Barbosa Huerta (MBH). Aún veo desanimada esta sesión y de verdad es una reflexión a todas y a todos los Senadores.

Es un momento histórico que nos ha tocado vivir comportémonos a la altura de esto.

De verdad, hagamos gala de nuestro papel de legisladores.

Señoras y señores.

Utilizo mi voto particular para expresar también la posición de mi Grupo Parlamentario respecto al presente dictamen.

Hago uso de la palabra para hablar en contra de esta reforma, porque de aprobarse dañará gravemente al patrimonio de nuestra Nación.

Para los integrantes la LXII Legislatura, este día y los subsecuentes de este periodo extraordinario serán de gran importancia.

Días de tormenta y horas de definición. Lo que digamos y el sentido de nuestros votos ejemplificarán nuestras dimensiones como legisladores, a quién representamos y lo que defendemos.

Los grupos parlamentarios del PRI, PAN, PVEM han determinado llevar adelante este paquete de reformas, para que bajo la figura de contratos, en sus diversas modalidades y licencias, se privatice la producción de hidrocarburos, se entregue la renta petrolera a particulares y Petróleos Mexicanos y la Comisión Federal de Electricidad desaparezcan.

Ante la urgencia, ansias y soberbia de los que condujeron los trabajos de las comisiones dictaminadoras, nuestro Grupo Parlamentario defendió legalidad y la dignidad del Senado.

Confiamos en la institucionalidad de la Presidencia de la Mesa Directiva de esta Cámara y en la palabra empeñada para que el Pleno se conduzca de acuerdo a lo establecido por el Reglamento, la Ley Orgánica y la Constitución, que protestamos respetar.

Pedí la palabra porque estamos orgullosos de representar en esta tribuna a los millones de mexicanos que se oponen a esta reforma y que serán afectados por el aumento de los precios de los combustibles, la pérdida de empleos y de su patrimonio.

Lo que defendemos es el patrimonio nacional y los recursos naturales esenciales para el desarrollo de nuestro país.

La lógica de los intereses y la vocación para rematar nuestro recursos energéticos llevará a una larga serie de votaciones mecánicas. Mayorías construidas bajo la sombra del chantaje y de acuerdos inconfesables.

En esta reforma existe un doble engaño. La primera mentira: Se dijo que no se privatizaría el sector energético, pero el contenido de las 14 reformas que discutiremos es completamente privatizador.

Privatiza la renta petrolera, la extracción de crudo, del gas y la refinación. Privatiza el transporte, el almacenamiento y la distribución.

Privatizan toda la cadena de valor de los hidrocarburos; pero lo que no lograran privatizar es la historia del petróleo en México.

Privatiza la industria eléctrica en todas su acepciones: generación, transmisión y distribución.

La segunda mentira: se dijo que la reforma traería beneficios inmediatos a la población, al bajar el precio de las gasolinas, el gas y la electricidad, por el contrario, éstos siguen y seguirán aumentando.

La propuesta de reformas que pretenden aprobarse abre peligrosamente la ruta de la polarización social.

Construir alianzas para excluir a las posiciones que consideran que el sector energético no debe privatizarse daña la convivencia democrática y demuestra la falta de visión del actual Gobierno de la República.

Del lado del Gobierno no existen estadistas que puedan comprender las dimensiones del error que están cometiendo.

Están hundiendo al país y cediendo al chantaje en perjuicio de los intereses de la Nación.

Nosotros, estamos plenamente convencidos que la decisión del General Lázaro Cárdenas del Río de nacionalizar la industria petrolera en 1938 fue la correcta y nuestra prioridad es que a la brevedad vuela a ser así.

Refrendamos el compromiso del General Cárdenas para que el sector energético sirva a los intereses nacionales y sea el motor de nuestro desarrollo.

Para el PRD, su dirigencia, sus grupos parlamentarios y sus militantes, resulta muy importante que la sociedad conozca los motivos por los cuales nos oponemos a esta reforma.

Las compañías petroleras trasnacionales serían dueñas de nuestro petróleo, a través de varias modalidades de contratos y licencias.

El desempleo aumentaría, porque Pemex y CFE serán desplazadas por empresas extranjeras.

Campesinos e indígenas serían despojados de sus tierras para entregárselas a empresas trasnacionales.

Se fomentaría la corrupción para beneficio de empresas extranjeras, de funcionarios e inclusive, inclusive, de algunos legisladores que promueven estos cambios.

Señoras y señores.

Quiénes piensen que el tema termina con las votaciones de estos días, se equivocan rotundamente.

Repito, quiénes piensen que el tema termina con las votaciones de estos días, se equivocan rotundamente.

Se trata de un capítulo más en una larga lucha en donde las fuerzas nacionalistas y progresistas defendemos a nuestro país.

La inminente aprobación de estas reformas lejos de desanimarnos, fortalece nuestras convicciones en la lucha por la defensa del petróleo y nuestros recursos energéticos.

Está en marcha la recolección de firmas para lograr una consulta popular que revierta este atraco a la Nación.

El voto de decenas de senadores o de centenas de diputados, no podrán, no podrá óiganlo, contra la voluntad de millones de ciudadanos que apoyan la Consulta Popular.

Algunas voces viperinas han declarado con cierto cinismo que el PRD pierde esta batalla. Quien pierde con esta reforma son 112 millones de mexicanos y quien gana es una decena de familias.

Los que hoy votaremos en contra, hombres y mujeres de convicciones y valor, que me honro en coordinar, estamos agraviados, como lo está la mayoría del pueblo de México.

Seguiremos utilizando todos los recursos de la política, para revertir lo que hoy aquí se pretende aprobar, lo haremos con la fuerza de la sociedad.

¡Qué viva Lázaro Cárdenas!

¡Qué viva la nacionalización del petróleo!

¡Qué viva México!

Gracias, señor Presidente.