· Cualquier diferendo es menor al peligro que representa la reforma impulsada por la derecha PRI-PAN
· De concretarse los cambios legales en la materia, las pequeñas ambiciones ahogarán las grandes causas de México
Frente al reto que significa evitar el saqueo de nuestros recursos energéticos, la gran tarea de la izquierda es unificar esfuerzos para detener este atraco, cualquier diferencia programática es menor, aseguró el coordinador de los senadores del PRD, Miguel Barbosa Huerta.
“Las fuerzas de izquierda, agrupadas en distintos partidos políticos y organizaciones sociales, deben buscar la unidad para defender los intereses nacionales”, señaló.
Barbosa Huerta consideró que en esta tarea debe prevalecer la altura de miras para detener a quienes, sin ser una mayoría real, se aprovechan de la distracción que significa la falta de unidad de las fuerzas de izquierda para crear escenarios y establecer un modelo de país excluyente, discriminador e inequitativo.
“Todo diferendo, real o no, se hace pequeño ante el peligro que blande sobre el país en la intención de la derecha aglutinada en el PRI y el PAN de concretar la reforma energética, misma que no es otra cosa que la entrega de los bienes más valiosos que tiene nuestro país y que han sido la palanca de desarrollo de México en las últimas décadas”, aseguró.
Subrayó que el reto y responsabilidad que se tiene es ponderar la pluralidad y la unidad como elementos complementarios en la lucha libertaria de México.
“La unidad es el imperativo histórico que tenemos en temas tan importantes como la reforma energética que pretenden concretar en los próximos días el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional”, subrayó.
El coordinador parlamentario del PRD alertó que de no actuar en contra de las pretensiones privatizadoras, las pequeñas ambiciones ahogarán las grandes causas de México, continuarán los privilegios de unos cuantos y será difícil la realización humana de quienes hoy son sojuzgados, explotados o marginados por el sistema dominante.
El energético es el tema de mayor calado, actualmente genera mayor fractura social, y aun así, se pretende dar un verdadero viraje a lo que hasta ahora es el diseño económico derivado de la Revolución Mexicana.
Miguel Barbosa Huerta explicó que las reservas estratégicas de la economía: exploración y explotación del petróleo, y generación y distribución de electricidad, se eliminaron del dispositivo constitucional.
A partir de esta decisión, se abrió una disputa de nuestra riqueza por parte de los grandes consorcios nacionales y extranjeros; de ese tamaño es el agravio que podría concretarse en los próximos días, señaló.
El también Presidente del Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República reiteró que la unidad para luchar por causas comunes debe verse en la madurez de todos los actores políticos, que anteponen sus objetivos, por legítimos que sean, por la transformación social de México.
“La lucha en contra de la privatización del petróleo no puede admitir la dispersión de esfuerzos sino la unidad de todas las organizaciones, partidistas y sociales, ante el mayor atraco que significará para México la consumación de dichas reformas”, indicó.
México vive tiempos difíciles por la carencia de medios de subsistencia y por la embestida de grupos económicos nacionales y extranjeros en contra de las riquezas del país, a través de una reforma energética que busca entregar nuestro petróleo a particulares, refirió.
