Al manifestar el posicionamiento del partido en reunión de trabajo de las comisiones unidas de Estudios Legislativos, Primera y de Energía, la vicecoordinadora del Grupo Parlamentario del PRD, Dolores Padierna Luna, consideró que las leyes secundarias en materia energética son una regresión histórica, conservadora, entreguista y privatizadora.
Consideró que la reforma enviada por el Ejecutivo “tiene su origen real en las necesidades geopolíticas de Estados Unidos y en los planes de negocios de sus compañías transnacionales. Es una reforma que busca conseguir la independencia y la soberanía energéticas, sí, pero de Estados Unidos a costa de México”.
Explicó que las iniciativas secundarias en materia energética pretenden reducir el papel de Pemex y la Comisión Federal de Electricidad para que exportemos la mayor cantidad de hidrocarburos a Estados Unidos, fortaleciendo su papel dominante, a cambio de importar refinados y petroquímicos de alto valor agregado.
“Las iniciativas que discutimos están diseñadas para despojar a Pemex y a la CFE de sus mercados actuales y potenciales. No sólo se fragmentan sus cadenas productivas, sino que se les somete a regímenes fiscales confiscatorios que las dejan sin posibilidades de ser competitivas, porque lo que se busca es que sean desplazadas por las transnacionales privadas”, dijo.
Agregó la iniciativa implica que los grandes monopolios privados suministre únicamente a los grandes consumidores de electricidad, que representan 60 por ciento de las ventas actuales de la CFE, mientras que la empresa pública se quedará con 19.5 por ciento.
“Así, mientras no desaparezca, la CFE seguirá suministrando la electricidad a los hogares y pequeños usuarios, quizá sólo para que la sociedad no perciba el cambio radical que significará la privatización de la industria eléctrica”, señaló.
En el caso de Pemex, la senadora argumentó que la iniciativa contempla una sobreexplotación irracional e irresponsable del recurso no renovable más importante del país.
“En la Ronda Cero Pemex se quedará sólo con 42 por ciento de las reservas y los privados con el 58 por ciento restante. Por si no bastara, se ceden a los privados las reservas con mayor potencial productivo”, dijo.
“No proponemos que nuestro país viva anclado en el pasado, por luminoso que éste fuere. No, tenemos los ojos bien puestos en el presente, escuchamos a la mayoría de los mexicanos que se oponen a la privatización”, concluyó.
